Son muchas las formas en las que podemos confeccionar la habitación de los más pequeños de la casa, pero en muchas ocasiones necesitamos optar por la practicidad antes que por lo estético. No obstante, no hay nada que impida que ambos conceptos sean compatibles. Las camas abatibles infantiles han llegado para quedarse, y no es para menos, pues ofrecen un sinfín de posibilidades tanto para los padres como para los más pequeños de la casa, y son cada vez más las familias que optan por este tipo de mueble antes que por una cama tradicional. Si te lo estás planteando pero tienes dudas, en este artículo te contamos cuáles son las ventajas y las desventajas de las camas abatibles infantiles para que decidas qué es lo que mejor se adapta a tus necesidades.
Ventajas de las camas abatibles infantiles
La primera ventaja de las camas abatibles infantiles es más que evidente: el considerable ahorro de espacio. El motivo por el cual las camas abatibles en particular, y los muebles convertibles en general, se están convirtiendo en un recurso tan utilizado por las familias radica principalmente en el hecho de que permite disfrutar de un espacio que, en otras circunstancias, estaría perennemente ocupado por la cama, y aquellos que viven en pisos pequeños sabrán lo valioso que es el espacio cuando no se dispone de él.
Además, los niños pequeños necesitan espacios en los que jugar y divertirse, y puede que su dormitorio no disponga del suficiente espacio como para poder hacerlo con total libertad si se cuenta con una cama tradicional. Es por esto por lo que la principal ventaja de las camas abatibles radica precisamente en su practicidad. Sumado a ello, podemos afirmar que se trata de alternativas muy elegantes y decorativas, ya que una vez se guarda la cama se convierte en un mueble con una utilidad práctica que no deja de ser decorativo, consiguiendo así un dormitorio siempre ordenado.
Esto último nos lleva precisamente a la realidad de que una cama abatible permite contar con una habitación más limpia, de un aspecto más recogido. Es inevitable tener la sensación de que un espacio amplio y vacío es más satisfactorio que uno que está abarrotado de objetos, y los niños no son precisamente los seres con menos juguetes del planeta, pues todo les entretiene. Además, entre los juguetes que les compran los padres, los abuelos, los tíos, los amigos… Contar con un buen sistema de almacenaje que permita contar con mucho espacio disponible para jugar y que no tenga que ser necesariamente encima de la cama parece lo más adecuado.
Asimismo, una cama abatible infantil puede ser una buena alternativa por cuestiones de higiene. No son muchos los niños que deciden hacer su cama antes de ir al colegio, y en el momento en el que está siempre disponible es natural que los pequeños se suban con los zapatos puestos, jueguen, coman, salten… Si la cama se pliega cuando no se está utilizando para su fin último (dormir), el niño puede hacer todas esas actividades en el suelo con normalidad, disponiendo de una cama perfectamente limpia y hecha a la hora de acostarse.
Como comentábamos, uno de los puntos fuertes de los muebles convertibles, en este caso camas abatibles infantiles, es que muchos modelos hacen las veces de dos muebles al mismo tiempo: existe la posibilidad de contar con una cama abatible que sea a su vez escritorio, sofá o estantería, lo que genera un dormitorio cohesionado, completo y recogido sin esfuerzo. Asimismo, como podrás ver en nuestro catálogo de habitaciones abatibles, muchas veces este tipo de camas vienen también acompañadas de habitaciones completas, lo que te permite montar la habitación a tus hijos de forma rápida, bonita y muy cómoda.
Desventajas de las camas abatibles infantiles
Lo cierto es que las camas abatibles tienen pocas desventajas, gracias a su practicidad y al precio por el cual se pueden encontrar no tendrás que preocuparte en exceso por las diferencias a nivel de economía en comparación con las camas tradicionales. Eso sí, no obstante, es posible que si dispones de mucho espacio, no contar con la cama disponible siempre que lo deseas no sea especialmente cómodo, sobre todo si tu hijo o hija acostumbra a hacer en ella sus deberes o leer. Como es evidente, una de las principales ventajas de las camas abatibles es que pueden plegarse para no ocupar espacio, pero eso quiere decir que siempre que vaya a utilizarse tiene que abrirse de nuevo, y si llevas al niño en brazos y no te acuerdas de haberla abierto te supondrá una incomodidad.
Existe también la posibilidad de que alguna parte del mecanismo se estropee y no puedas plegar la cama. Es un riesgo que evidentemente no corres con una cama tradicional, por lo que hay que tener en cuenta que es algo que puede ocurrir y tener recursos para subsanarlo en caso de que suceda. Si no puedes plegar la cama de vuelta no supondrá un problema tan grave, si bien es evidente que perderá la mayoría de las ventajas que garantiza una cama de estas características.
Llegado cierto punto, y dependiendo de la edad del niño, también tendrás que enseñarle cómo abrir su cama, y si no tiene suficiente fuerza o no llega siempre tendrás que encargarte tú de acostarle, aunque haya llegado a una edad en la que el caso de tener una cama tradicional podría acostarse solo sin inconveniente. Finalmente, una posible desventaja que podemos encontrarle a este tipo de camas es que si efectivamente utilizas el espacio disponible para poner otros muebles o desperdigar juguetes tendrás que obligarte a recogerlos para poder incorporar la cama, lo cual puede ser positivo, en tanto que siempre estará recogido, y también negativo, en tanto que incluso los días en que más cansado estés tendrás que asegurarte de que la zona está despejada para que tu hijo pueda dormir adecuadamente.